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La presidencia de Alberto Fujimori en Perú marcó una de las épocas más autoritarias y controvertidas en la historia reciente de América Latina. Su gobierno no solo enfrentó los problemas más urgentes del país —el terrorismo de Sendero Luminoso y una economía en crisis—, sino que también dejó un legado de corrupción, represión, y un debilitamiento de las instituciones democráticas. A continuación, utilizando el marco teórico de los libros Spin Dictators de Sergey Guriyev y Daniel Treisman y How Democracies Die de Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, exploraremos los siete “jinetes” que Fujimori desató en Perú, los cuales llevaron a la consolidación de su régimen autoritario.
1. Poder Absoluto:
Este es el jinete más representativo del mandato de Fujimori, simbolizado por el autogolpe de 1992. Al disolver el Congreso y tomar el control absoluto del poder, Fujimori rompió con las normas democráticas, un patrón que Levitsky y Ziblatt describen como el primer paso hacia la muerte de las democracias. Al igual que los “spin dictators” descritos por Guriyev y Treisman, Fujimori utilizó su poder para consolidar el control, argumentando que lo hacía para salvar a Perú del caos.
2. Represión:
La brutalidad del régimen de Fujimori es evidente en episodios como las masacres de La Cantuta y Barrios Altos, donde el Estado utilizó el Plan Verde y el ejército para reprimir a cualquier disidencia bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo. Al tolerar y promover la violencia, Fujimori demostró una de las señales clave de la erosión democrática que Levitsky y Ziblatt señalan: la justificación del uso de la violencia contra los opositores como medida para mantener el orden.
3. Desigualdad y Descontento Social:
Aunque el “Fujishock” estabilizó la economía peruana, lo hizo a costa de profundizar las desigualdades sociales. Las reformas neoliberales empobrecieron a las clases bajas, exacerbando la disparidad entre ricos y pobres. Guriyev y Treisman destacan que los dictadores modernos a menudo utilizan la economía como una herramienta de control, y aunque Fujimori logró beneficios macroeconómicos, generó un gran descontento social que su régimen intentó suprimir con represión.
4. Corrupción Sistémica:
Uno de los mayores legados del fujimorismo fue la corrupción, ampliamente facilitada por Vladimiro Montesinos, el jefe de inteligencia y operador clave del régimen. Según Levitsky y Ziblatt, la corrupción y la captura de instituciones son indicadores claros de una democracia en declive. Fujimori y Montesinos utilizaron sobornos, manipulación judicial y extorsión para asegurarse de que no hubiera ninguna amenaza real a su poder.
5. Manipulación de Medios y Desinformación:
Fujimori, al igual que otros “spin dictators”, utilizó la manipulación mediática para controlar la narrativa pública. A través de la compra de medios, el chantaje a periodistas y la difusión de desinformación, creó una imagen de estabilidad y progreso mientras silenciaba a sus críticos. Guriyev y Treisman describen este fenómeno como una característica clave de los dictadores modernos, que en lugar de recurrir a la censura total, controlan la narrativa con “spin” y engaño.
6. Destrucción de Libertades Civiles:
Durante el régimen de Fujimori, las libertades civiles fueron severamente restringidas. Se utilizó el aparato judicial para perseguir a periodistas, líderes opositores y activistas, creando un clima de miedo. Levitsky y Ziblatt explican que la erosión de las libertades civiles es uno de los últimos pasos hacia el autoritarismo, y en Perú, la captura de instituciones y la represión de la disidencia marcaron claramente este proceso.
7. Culto a la Personalidad:
Finalmente, Fujimori creó un culto a la personalidad, presentándose como el salvador de la patria. Este culto desvió la atención de sus abusos de poder, creando una dependencia emocional en la figura del líder. Guriyev y Treisman destacan que los líderes autoritarios modernos utilizan la manipulación psicológica y la creación de una imagen heroica para consolidar el apoyo popular. Fujimori, apodado “El Chino”, explotó su imagen de outsider para consolidar su poder.
Conclusión:
Los siete jinetes del apocalipsis fujimorista —Poder Absoluto, Represión, Desigualdad, Corrupción, Manipulación Mediática, Destrucción de Libertades Civiles y Culto a la Personalidad— reflejan las características fundamentales de un régimen autoritario moderno. Utilizando una combinación de represión brutal, control mediático, y la creación de una imagen pública de salvador, Fujimori erosionó las bases democráticas de Perú, dejando un legado de corrupción, desigualdad, y violación de derechos humanos que aún afecta al país.
Este análisis no solo explica cómo Fujimori consolidó su poder, sino que también resalta las advertencias que Guriyev, Treisman, Levitsky y Ziblatt presentan en sus obras sobre cómo los regímenes autoritarios modernos operan bajo un disfraz de legitimidad democrática.